La iglesia de Sta. María es una de las más destacadas de Navarra. Data originalmente del siglo XII, momento en que existía una iglesia románica que hacía el año 1175 fue una de las mayores del Camino de Santiago, pero ha sufrido sucesivas reformas que culminan en el siglo XVIII, en pleno barroco.
Se accede al templo por una portada renacentista, pero es su
interior barroco que le da todo su esplendor.
Hay que destacar el grandioso retablo Mayor que es de
muchísima talla barroca, presidido por la imagen de Sta María.
Otros retablos barrocos son el de San Juan Bautista, el de
la Virgen del Rosario, San Francisco Javier o el situado en la capilla de San
Gregorio Ostiense. Los altares colaterales, además de servir para el culto a
los santos titulares, se utilizan para guardar las principales reliquias.
Sin embargo, el retablo de la Visitación es tardogótico.
El coro posee una sillería manierista y en la sacristía
podemos contemplar una cajonería y un retablo rococó.
Esta iglesia además esconde un claustro tardogótico (S. XVI)
de cuidadas proporciones.
Mención aparte precisa el órgano de la parroquia,
excepcionalmente bello y quizá el más fastuoso de Navarra.
La visita a la iglesia de Santa María no será completa si no
accede al claustro tardogótico (XVI) de cuidadas proporciones, decorado con
animales y temas vegetales.
Nuestra
Señora Sta. María de Los Arcos
Esta talla perteneció a la antigua iglesia románica.
La Virgen es una imagen sedante, de buenas proporciones,
bien ejecutada, con corona trebolada o florenzana.
La historia de María se describe plásticamente con acentos
de ternura inefable. Así, nuestra Virgen se mantiene erguida, sentada en un
pequeño asiento sin respaldo denominado cátedra, teniendo al Divino Niño sobre
la rodilla izquierda. La cabeza de la Virgen se cubre con una pequeña toca y
ciñe corona real.
El Niño está sentado en el regazo de la madre. En su mano
izquierda sujeta el Libro y su derecha se mantiene en actitud de bendición.
Tanto la mirada de la madre como la del hijo se dirigen
exactamente hacia el mismo punto recto hacia adelante. Esta actitud es la que
el simbolismo cristiano ha asociado siempre con la adoración de los Magos.
Se puede ver en el camarín un letrero en frente de la imagen
que todas las vírgenes negras llevan: NIGRA SUN SED FORMOSA. Este letrero es
del siglo XIII y de la Isla de Francia donde abundan las vírgenes negras. A la
Virgen de Los Arcos le quitaron el color negro cuando la restauraron en Madrid
el año 1947. Sin embargo, se le continúa llamando la Virgen negra de los ojos
zarcos.
El rostro de la Virgen es sonriente, noble, soberano,
hierático y de acusado aspecto oriental, sobretodo en los ojos que los tiene
almendrados. El artesano puso gran cuidado en la representación de los rasgos
de la Virgen, por el contrario los del Niño están ejecutados de una manera
menos cuidadosa como si lo importante fuera la representación de la madre.
Y TIENE LA SEGUNDA
TORRE MÁS ALTA DE NAVARRA¡¡¡
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